Banderas carlistas junto al estrado (foto EFE)
Madrid, 24 febrero 2007 (Carlismo.es). Miembros del Círculo Antonio Molle Lazo y de las Juventudes Tradicionalistas han participado una vez más en una concentración de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Cientos de miles de españoles se han manifestado de nuevo por España y contra el terrorismo. En esta ocasión se trataba de rendir un homenaje a las víctimas del sanguinario etarra José Ignacio de Juana Chaos, pero también se ha exigido al actual gobierno «cobarde y ruin» (en palabras de Toñi Santiago, madre de Silvia, la niña de seis años asesinada por ETA el 4 de agosto de 2002) que no conceda beneficios a los terroristas, que endurezca la legislación y que no ceda al chantaje. Los testimonios de las víctimas, ciertamente desgarradores, han puesto de manifiesto la cobardía e incapacidad del actual sistema para afrontar la lucha contra el terrorismo. Una cruz en el estrado de las intervenciones junto a la interpretación de «La muerte no es final» y la Marcha Real han dado una gran solemnidad a la concentración.
Las banderas carlistas se han podido ver en varios puntos de la Plaza de Colón, algunas muy cerca del estrado de intervenciones. Desde las cuatro se reunían los primeros carlistas con las boinas y las banderas rojigualdas y de la Cruz de Borgoña en las calles adyacentes a la concentración. Marcharon desde la Glorieta de Alonso Martínez con la pancarta «Contra la negociación del Estado, ¡ESPAÑA NO SE RINDE!» firmada por la Comunión Tradicionalista, exhibiéndola durante toda la concentración. Los asistentes, siguiendo la tónica general del resto de las manifestaciones en que han participado los carlistas, se han congratulado de la presencia de los defensores de la Tradición y se han mostrado totalmente de acuerdo con la propaganda repartida.
Ha sido destacable en esta ocasión la presencia más que marginal de banderas autonómicas antihistóricas o antiespañolas (como la ikurriña o la blanca y verde que pretende representar a Andalucía). Por contra la Plaza de Colón era un mar de banderas rojigualdas, aunque también se han podido ver banderas históricas, como la de Navarra.
El PP finalmente mandó una representación ridícula y anecdótica, en la que no estuvieron sus principales dirigentes ni su presidente (en contraste con otras manifestaciones, en las que movilizó llamativamente a alcaldes de grandes ciudades, presidentes autonómicos y a toda la plana directiva). Lo que nos hace albergar un moderado optimismo sobre el buen funcionamiento en libertad de la sana sociedad española al margen de la disputa partidista.
Los carlistas no toleraremos la disolución de lo que queda de España, ni la anexión de Navarra a la artificial comunidad autónoma de Euskadi, ni la conversión del Estado en un conjunto de taifas. Seguiremos reivindicando la memoria, la dignidad y la justicia de las víctimas; pero no nos dejaremos instrumentalizar por convocatorias liberales ni jacobinas. En el fuero, expresión jurídica de la Tradición española, está la solución política de la falsa dialéctica (pues son dos caras de la misma moneda) centralismo/separatismo. Una vez más, la Tradición es la solución.
Madrid, 24 febrero 2007 (Carlismo.es). Miembros del Círculo Antonio Molle Lazo y de las Juventudes Tradicionalistas han participado una vez más en una concentración de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Cientos de miles de españoles se han manifestado de nuevo por España y contra el terrorismo. En esta ocasión se trataba de rendir un homenaje a las víctimas del sanguinario etarra José Ignacio de Juana Chaos, pero también se ha exigido al actual gobierno «cobarde y ruin» (en palabras de Toñi Santiago, madre de Silvia, la niña de seis años asesinada por ETA el 4 de agosto de 2002) que no conceda beneficios a los terroristas, que endurezca la legislación y que no ceda al chantaje. Los testimonios de las víctimas, ciertamente desgarradores, han puesto de manifiesto la cobardía e incapacidad del actual sistema para afrontar la lucha contra el terrorismo. Una cruz en el estrado de las intervenciones junto a la interpretación de «La muerte no es final» y la Marcha Real han dado una gran solemnidad a la concentración.
Las banderas carlistas se han podido ver en varios puntos de la Plaza de Colón, algunas muy cerca del estrado de intervenciones. Desde las cuatro se reunían los primeros carlistas con las boinas y las banderas rojigualdas y de la Cruz de Borgoña en las calles adyacentes a la concentración. Marcharon desde la Glorieta de Alonso Martínez con la pancarta «Contra la negociación del Estado, ¡ESPAÑA NO SE RINDE!» firmada por la Comunión Tradicionalista, exhibiéndola durante toda la concentración. Los asistentes, siguiendo la tónica general del resto de las manifestaciones en que han participado los carlistas, se han congratulado de la presencia de los defensores de la Tradición y se han mostrado totalmente de acuerdo con la propaganda repartida.
Ha sido destacable en esta ocasión la presencia más que marginal de banderas autonómicas antihistóricas o antiespañolas (como la ikurriña o la blanca y verde que pretende representar a Andalucía). Por contra la Plaza de Colón era un mar de banderas rojigualdas, aunque también se han podido ver banderas históricas, como la de Navarra.
El PP finalmente mandó una representación ridícula y anecdótica, en la que no estuvieron sus principales dirigentes ni su presidente (en contraste con otras manifestaciones, en las que movilizó llamativamente a alcaldes de grandes ciudades, presidentes autonómicos y a toda la plana directiva). Lo que nos hace albergar un moderado optimismo sobre el buen funcionamiento en libertad de la sana sociedad española al margen de la disputa partidista.
Los carlistas no toleraremos la disolución de lo que queda de España, ni la anexión de Navarra a la artificial comunidad autónoma de Euskadi, ni la conversión del Estado en un conjunto de taifas. Seguiremos reivindicando la memoria, la dignidad y la justicia de las víctimas; pero no nos dejaremos instrumentalizar por convocatorias liberales ni jacobinas. En el fuero, expresión jurídica de la Tradición española, está la solución política de la falsa dialéctica (pues son dos caras de la misma moneda) centralismo/separatismo. Una vez más, la Tradición es la solución.