Como anunciamos, los actos por los Mártires de la Tradición 2014 en Madrid se abrieron el viernes 7 de marzo con una conferencia titulada Murieron por no ceder. Mártires de la Tradición asesinados por el terrorismo separatista, a cargo de Víctor Ibáñez Mancebo, licenciado en Derecho y secretario del Círculo Carlista Marqués de Villores (Albacete).
Víctor Ibáñez, en un momento de su conferencia |
Presentó al conferenciante el presidente del Círculo Cultural Antonio Molle Lazo, oriundo de San Sebastián. El conferenciante se refirió a los carlistas asesinados por ETA como «signo de contradicción», al ser su memoria negada e infamada como la de la mayoría de las víctimas, pero con el rasgo singularizador que la misma nunca será rehabilitada oficialmente, pues «murieron por no ceder» ni a la demagogia totalitaria del nacionalismo sabiniano ni a los enjuagues políticos del sistema demoliberal del postfranquismo.
No fueron víctimas pasivas, sino que se opusieron en la medida de sus humildes posibilidades al proceso en marcha. Sin embargo, por culpa de la traición del expríncipe Carlos Hugo, la Comunión Tradicionalista llegó con muy menguada capacidad reactiva a los años en los que el nacionalismo se hizo dueño de la sociedad y de las calles en la mayoría de Vascongadas y Navarra. Pese a ello el nacionalismo intenta por todos los medios exterminar al carlismo y a los carlistas, que en muchas ocasiones no realizaban más que un testimonio personal y aislado, debido a las citadas dificultades organizativas de la Comunión; lo que da idea de cómo el carlismo es la única verdadera oposición al nacionalismo. Se desgranaron decenas de hechos terribles, que dan idea de la inmoralidad tan profunda del nacionalismo en su criminal imposición ideológica.
No fueron víctimas pasivas, sino que se opusieron en la medida de sus humildes posibilidades al proceso en marcha. Sin embargo, por culpa de la traición del expríncipe Carlos Hugo, la Comunión Tradicionalista llegó con muy menguada capacidad reactiva a los años en los que el nacionalismo se hizo dueño de la sociedad y de las calles en la mayoría de Vascongadas y Navarra. Pese a ello el nacionalismo intenta por todos los medios exterminar al carlismo y a los carlistas, que en muchas ocasiones no realizaban más que un testimonio personal y aislado, debido a las citadas dificultades organizativas de la Comunión; lo que da idea de cómo el carlismo es la única verdadera oposición al nacionalismo. Se desgranaron decenas de hechos terribles, que dan idea de la inmoralidad tan profunda del nacionalismo en su criminal imposición ideológica.
Tomó la palabra para finalizar el Jefe Delegado de la Comunión Tradicionalista, don José Miguel Gambra, navarro y con lazos de familia con algunos de los Mártires de la Tradición asesinados por el terrorismo. Felicitó al conferenciante e incidió en el hecho de que los carlistas durante aquellos años aceptamos el martirio, pero no depusimos nunca la espada frente al proceso político en marcha. Varios carlistas vascongados, trasterrados en aquellos años de infamia, también estuvieron presentes en la conferencia, destacando nuestra querida y admirada correligionaria Pilar Badiola Aldarondo.